“Venia en el automóvil y a media calle me encuentro con un taxi detenido, desde donde bajan un total de 4 personas. Pensé que tal vez vendrían de una fiesta, porque estaban algo alcoholizados, y se movían lentos y algo divertidos. Decidí esperar sin ponerme nerviosa ni apurar la situación. Habré estado como mínimo 5 minutos totales de espera de toda la operación.
Ni bien el taxi se puso en movimiento, los chicos me saludaron con gracia y alegría. Pude darme cuenta que tal vez estaban agradecidos porque los dejé hacer el movimiento en paz, sin apurarlos ni nada.
Es muy raro que yo no me haya puesto nerviosa ni impaciente, y en cambio haya esperado a que todo suceda a su tiempo. Ya sé que esto no tiene ninguna importancia ni cambió el mundo, pero bueno, al menos es un descubrimiento para mi, respecto de mi misma.”
Este relato de Señorita CH es de gran importancia como ejemplo de lo que trabajamos en la sesión de hoy, y que también explicaré a continuación:
Uno de los grandes interrogantes de los Seres Humanos, es cómo dejar de pensar de determinada manera, o cómo dejar de actuar siempre del mismo modo ante una situación.
Las personas a veces nos damos cuenta que nuestros pensamientos y conductas no resultan positivos o productivos al fin de cuentas, y queremos hacer algo con ello, pero no sabemos qué hacer, ni cómo.
¿Cuántas veces te has encontrado en esas situaciones en donde piensas de modo tal que no puedes detener esos pensamientos, y quisieras pensar algo diferente respecto de una persona, o una situación? ¿Te ha pasado? ¿Qué ejemplo te viene a la mente justo en este momento?
BAJAR DE PESO
Para establecer un punto de partida, propongo seguir este pensamiento: Cuando queremos bajar de peso ¿qué es lo que hacemos?… ¿cambiar la alimentación? ¿hacer ejercicio?. Si claro, eso es lo que hacemos ¿verdad?.
Es necesario destacar aquí que nosotros no bajamos de peso sino que nos ocupamos de hacer lo que hace falta para que el peso disminuya.
Otro ejemplo es: Si queremos cocinar una carne, nosotros encendemos y regulamos el fuego, y como consecuencia la carne se cocina.
Esto puede parecer una obviedad, y de hecho lo es, pero vale la pena prestarle atención ya que aquí radica el punto que quiero explicar: para lograr algo, nosotros solo podemos ocuparnos de las causas de lo que queremos que suceda. ¿Estoy resultando claro en mi punto?: Si quiero bajar de peso, me ocupo de la dieta. Así de simple, tan simple.
¿Cómo se relaciona entonces esto de las causas, con los pensamientos?
SEMILLAS
Los pensamientos son semillas que se van sembrando, y son mantenidas vivas desde entonces, y creciendo cada vez más.
De hecho, crecen de tal modo que luego ellos nos controlan a nosotros, en lugar de nosotros poder gestionarlos. De los pensamientos salen también las acciones, las conductas, las emociones.
Si nosotros tenemos siempre los mismos pensamientos, terminaremos haciendo siempre lo mismo. ¿Se comprende, verdad?
“¿Porqué siempre termino pensando y actuando igual que siempre?, quiero cambiar y no lo logro”.
Tal vez porque te faltan más pensamientos… faltan otros pensamientos diferentes.
Dicho de modo fácil, ante la misma situación las redes neuronales que se activan son siempre las mismas, basadas en los pensamientos que hay a disposición.
En el momento, es muy difícil intentar usar pensamientos que no tenemos a disposición en nuestra mente. Básicamente, resulta muy difícil pensar diferente.
Un detalle importante a agregar justo en este punto, es que los pensamientos no pueden manejarse, no pueden controlarse. Lo que sí podemos hacer es elegir cuales pensamientos queremos pensar.
En el budismo hablamos de “elegir cuál pensamiento pensar”; es decir, al presentarse un pensamiento en nuestra mente, decidir si lo pensamos o si buscamos otro. Pero esto es otro tema para otro artículo.
La tarea es entonces preparar una huerta de pensamientos, donde sembrar pensamientos diferentes respecto de ciertas cosas. Así como para bajar de peso hace falta ocuparse de la dieta… para pensar diferente hacen falta otros pensamientos para que nuestra cabecita pueda activar cosas diferentes.
LA HUERTA MENTAL
Hay varias maneras, y una de ellas es la toma de conciencia de actos diferentes que vamos teniendo. El relato de Señorita CH es un ejemplo excelente. Mi sugerencia en la sesión fue justamente observar esto que ella vio como “algo muy básico”, y sugerirle que otorgue el valor de: semilla de pensamiento y acción posibles.
Con el solo hecho de hacerse consciente de un cambio en su pensamiento o conducta, ya se está sembrando una semilla nueva.
Los pensamientos se siembran pensando conscientemente algo en positivo respecto de nosotros mismos, o de una situación o persona. Y atentos… digo “pensamientos positivos” en el sentido de productivos, convenientes, conciliadores, comprensivos, etc.
Esto de “pensar diferente y positivamente” respecto de algo o alguien, funciona especialmente en los momentos en que nos estamos sintiendo bien, como por ejemplo cuando estamos: comiendo, paseando, descansando, y todos esos momentos placenteros.
Los momentos placenteros son el terreno fértil para sembrar nuevos pensamientos, y produce excelentes resultados, ya que es cuando menos fuerza hacemos.
Luego de un tiempo de hacer este ejercicio de sembrar pensamientos positivos, estos comenzarán a estar disponibles a la hora de tomar decisiones y actuar, y lo mas interesante es que te has ocupado de las causas (hacer la dieta) para que los pensamientos estén disponibles (bajar de peso)
Y…. una vez que actuamos y vemos que lo hicimos diferente y mejorado, hacemos igual que con el relato de Señorita CH: tomamos conciencia de que actuamos o que al menos tuvimos un punto de vista diferente de la situación.
Alejandro Juroczko